El huracán Dean , que ya había dejado al menos nueve muertos y otros tantos desaparecidos en las islas de las Antillas, siguió avanzando ayer sobre el Caribe, al borde de la fuerza máxima (5), para llegar a embestir esta madrugada el centro del costero estado mexicano de Quintana Roo y penetrar en la península de Yucatán.

Ante las previsiones de que el embate del ciclón no iba a afectar directamente a la zona turística de Cancún y la Riviera Maya, las autoridades mexicanas frenaron el plan de evacuación en marcha y, desde Madrid, el Ministerio de Asuntos Exteriores recomendó a los 7.000 turistas españoles mantener la calma y esperar a que pase el ojo del huracán. Según Exteriores, la situación estaba "bajo control".

La mayor parte de los veraneantes españoles, y de otros 20.000 extranjeros que seguían en el Caribe mexicano, se hospedaban en hoteles seguros. La cónsul española en México, Pilar Terrén, se encontraba desplazada en Cancún, en contacto con las autoridades mexicanas, operadores turísticos y los propios viajeros españoles, que afrontaban la situación con "tranquilidad".

Exteriores dijo que el paso del huracán por Jamaica no causó problemas a los españoles.

La alarma se extendió al sur, a Belice y la zona más próxima del Caribe hondureño. La Embajada española en Honduras informó de que una pareja catalana desapareció el jueves tras salir de la isla de Roatán en piragua y que la búsqueda se interrumpió por la proximidad del ciclón.

EN JAMAICA En Jamaica, el huracán causó importantes daños e inundaciones, pero fue menos catastrófico de lo que se temía, según una primera estimación del Gobierno, que comenzó ayer a evaluar el impacto del ciclón.

La devastación en edificios, las carreteras cortadas por árboles caídos y el fango de barro y arena son las principales secuelas que ha dejado el huracán, cuyo centro pasó por el sur de Jamaica durante la tarde del domingo. La electricidad sigue cortada en la mayoría del país y las comunicaciones con el exterior son intermitentes.