Los demócratas no piensan dar tregua al presidente de Estados Unidos, George Bush. Cuando aún resonaba el eco del juramento del jueves para otros cuatro años en el cargo, la plana mayor de la oposición anunció que piensa combatir su "programa destructivo y extremo".

"Voy a hacer todo lo que esté en mis manos" para frenar el extremismo de Bush, señaló Nancy Pelosi, la representante por California que encabeza la minoría demócrata en la cámara baja del Congreso. La combativa Pelosi, sin pelos en la lengua, dejó bien claro que los demócratas consideran que "Bush está llevando al país en la dirección equivocada".

Igual de desafiante se mostró Charles Schummer, senador neoyorquino. "Cuando las bandas de música de la inauguración dejen de tocar y el Congreso vuelva a reunirse, los demócratas estaremos listos para luchar contra las políticas extremistas de los republicanos", dijo en un mensaje a sus copartidarios.

SIN COMPLEJOS La aplastante derrota que sufrió el 2-N no ha acomplejado al partido en la oposición, que ni siquiera observó una tregua durante los fastos inaugurales de Bush. Una de las voces más desafiantes fue la del presidente de la Comisión Nacional Demócrata (CND), Terry McAuliffe. Como muestra de su desconfianza hacia Bush, anunció que el día de la inauguración presidencial vería en su casa la película Titanic . "Para ir poniéndome a tono con el segundo mandato", manifestó.

"Hoy los republicanos cuentan con que desaparezcamos, con que nos echemos a un lado en los próximos dos años y les dejemos imponer su programa", añadió McAuliffe en la CND. "Nunca haremos eso, y cuando Bush intente construir su legado sobre una serie de ataques a las familias trabajadoras, a la clase media y a los ancianos, estaremos ahí para hacerle frente".

El hecho es que la primera escaramuza entre republicanos y demócratas ya ha tenido lugar. El miércoles, un día antes del inicio oficial del segundo mandato de Bush, la oposición logró retrasar hasta la semana que viene la confirmación en el cargo de la nueva secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Los senadores opositores pidieron un debate del pleno del Congreso sobre la política exterior que hará Rice antes de confirmarla.

Los encontronazos entre los dos partidos "podrían ser serios", avisó el senador demócrata de Vermont, Patrick Leahy, uno de los que ha optado por pedir moderación para evitar una guerra en el Congreso. Otra voz moderada es la de John Kerry, excandidato a la Casa Blanca y senador por Massachussetts, que el pasado jueves prometió sumar fuerzas con sus rivales.

"Después de tantos llamamientos a la unidad en los últimos cuatro años, espero que ahora haya un esfuerzo real para que el trabajo unido de los dos partidos sea una prioridad. Yo estoy dispuesto a hacerlo de buena fe", afirmó Kerry.

Por otra parte, Michael Powell, hijo del secretario de Estado saliente Colin Powell y presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones de EEUU desde el 2001, presentó su dimisión. Powell alcanzó notoriedad por su lucha por aumentar las multas por obscenidad y contenidos indecentes en los medios. También destacó por intentar favorecer las tendencias monopolísticas de los conglomerados.