La primera víctima de la derrota electoral republicana del martes fue el secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld. La segunda será el embajador de la Casa Blanca ante la ONU, el también neocon John Bolton. El controvertido diplomático, cara de la política exterior de George Bush ante la organización mundial, no tiene posibilidad alguna de que su cargo sea prolongado el año próximo, advirtieron ayer los demócratas, apoyados en la mayoría legislativa que disfrutarán a partir de enero.

Será la segunda bofetada que recibe Bush a cuenta de la confirmación de Bolton en su crucial puesto, después de la sufrida en el 2005, cuando ni siquiera con un Congreso republicano consiguió que la apuesta de Bush fuese confirmada en su cargo. Los demócratas lo rechazaron con uñas y dientes con el apoyo de algún republicano, espantados por sus posturas extremistas y sus declaraciones incendiarias contra las Naciones Unidas, que dividieron a la comunidad internacional. Tras un arduo tira y afloja para imponer su nombramiento, el presidente tuvo al final que colarle en la ONU por la puerta trasera. Esperó a que los senadores se fuesen de vacaciones, en agosto del 2005, para colocarlo en su cargo sin ser confirmado.

Sin embargo, eso no será posible ahora, por más que Bush se apresurase el jueves, dos días después de la debacle electoral republicana, a enviar de nuevo el nombramiento de su embajador al Senado. Tenía la esperanza de que los republicanos le confirmen en su cargo aprovechando su actual mayoría en la Cámara, que vence en enero.

EN SUS TRECE Pero el problema para el presidente sigue siendo el senador republicano por Rhode Island, Lincoln Chafee, que se opuso en el 2005 a la confirmación de Bolton y sigue en sus trece. "Los ciudadanos han hecho oír su voz contra la agenda de Bush en varios frentes y yo creo que uno de ellos es la política exterior", dijo Chafee, al clarificar que sigue oponiéndose a Bolton. "Ahora que estoy concluyendo mi mandato no voy a apoyar algo que han rechazado los ciudadanos", añadió este senador, aún más firme en no seguir los dictados de la Casa Blanca, después de ser derrotado el martes, cuando optaba a la reelección.

Bolton fue crucificado por los demócratas en su primer intento de confirmación como embajador porque aportó información al Senado relativa a los intentos de Irak para comprar uranio en Níger --datos que luego fueron desacreditados--, que Bush esgrimió como una de las justificaciones para lanzar la guerra contra Sadam Husein.

RUMSFELD HABLA Ayer, el aún secretario de Defensa de Estados Unidos admitió que la guerra en Irak "no ha ido ni lo suficientemente bien, ni lo suficientemente rápida". Rumsfeld no quiso evaluar su actuación al frente del departamento de Defensa, y dijo que será "la historia la que se preocupe" de juzgarle.