Irán encara retos internos y externos. Por un lado, a pesar del régimen reformista del presidente Mohamed Jatami, un líder que impresionó a los norteamericanos cuando lo entrevistó la CNN, está en el punto de mira del Gobierno de Estados Unidos, que lo considera parte del eje del mal.

La prueba exitosa de un misil con un alcance de unos 350 kilómetros reforzará las presiones de Washington. Por otro lado, el pulso con el Parlamento reformista, capital para el futuro interno y el contexto regional, ha visto una nueva jugada de los reformistas: al reformar la ley electoral fuerzan al Consejo de los Guardianes a mover pieza.

O la aprueban, con lo cual los hasta ahora candidatos reformistas vetados podrán presentarse o, si la prohíben, dejarán claro, de puertas afuera, que son la única alternativa.

Es decir, al contrario de lo que parece, la prueba del misil mira al público interior y la reforma electoral, al exterior. Quizás demasiado visto el margen de maniobra existente.

*Profesor de Relaciones Internacionales.