En Nueva Orleans, en el mundo pre-Katrina, la sombra de la corrupción y los abusos empañaban desde al Gobierno y el sistema educativo hasta la policía y el sistema de prisiones. Aunque se están dando pasos para combatir el lastre, aún queda mucho por recorrer. Denny LeBoeuf, encargada de la Oficina de Defensores de Indigentes, denuncia el trato recibido por muchos de los detenidos cuando el agua anegó el 80% de la ciudad. "Miles fueron trasladados a campos de fútbol mientras se decidía dónde transferirlos. Se les dejó allí bajo temperaturas de calor extremo. Se les lanzaban botellas de agua a través de verjas. Hubo palizas y violaciones".