Deraa, la ciudad del sur de Siria donde en el 2011 comenzó la revuelta en ese país árabe, está a punto de caer en manos del régimen de Bashar el Asad. Este jueves, la bandera del régimen ha vuelto a ondear en el ayuntamiento de la ciudad.

Mientras, una delegación de militares rusos entró en la parte antigua de la ciudad para negoción con los resistentes del Ejército Libre Sirio, la armada rebelde, los términos para concretar una rendición que ya se pactó el pasado viernes y que incluye la evacuación de los rebeldes y su entrega de armas.

La conquista de Deraa, cuna de la revuelta, supone una nueva y decisiva victoria para Asad, que definitivamente ha logrado ganar la guerra que amenazó con echar a su régimen del poder. En una ofensiva que comenzó hace un mes, las fuerzas del régimen, con apoyo militar ruso, han avanzado imparables en esa provincia, fronteriza con Jordania.

Pasillo humanitario

En la ciudad quedan unos 2.000 rebeldes con sus familias que están negociando con la delegación rusa un pasillo humanitario para salir de esa zona y, posiblemente, ser trasladados a Idleb, la última zona controlada por los rebeldes.