El conservador partido Ley y Justicia (PiS) ganó ayer las elecciones legislativas en Polonia, según los sondeos a pie de urna que emitió la cadena de televisión pública, y consiguió expulsar del poder a los excomunistas. La apatía que ya habían pronosticado las encuestas se cumplió: sólo votaron el 38,3% de los ciudadanos llamados a las urnas. El presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, lo atribuyó "al cansancio y a la desilusión de los electores con la política".

El PiS obtuvo, según esas encuestas, el 27,6% de las papeletas mientras que su futuros socios de coalición, los liberales de Plataforma Cívica (PO), lograron el 24,1%. De confirmarse los pronósticos, corresponderá al PiS designar al primer ministro, un cargo para el que el partido presenta a Jaroslaw Kaczynsky. "Todo parece indicar que hemos ganado las elecciones y eso nos alegra, porque podremos construir una Polonia mejor", declaró ante las cámaras un prudente Kaczynsky.

El virtual ganador de los comicios lamentó que el índice de participación hubiera sido tan bajo, pero aseguró que "pese a esa debilidad" se sienten "optimistas". "Hemos dado un paso en la buena dirección", afirmó. En tercer lugar quedó, según la TV, la gubernamental Alianza de la Izquierda Democrática (SLD, excomunistas), con un 11,3% de votos. Y en cuarto lugar, el partido populista Samoombrona Autodefensa (10,5%).

La baja participación del 38,3%, la más baja en la historia de la democracia polaca desde la caída del comunismo en 1989, ha desvirtuado los resultados, ya que a la izquierda, que movilizó a sus partidarios, le permitió lograr un resultado por encima de las expectativas, gracias al absentismo de los simpatizantes de otras corrientes.