Al hilo del impacto provocado por el ‘caso Leonarda’ --la menor de etnia gitana expulsada a Kosovo en plena salida escolar--, la derecha francesa ha anunciado la presentación de una propuesta para revisar el llamado derecho de suelo. Es decir, la obtención automática de la nacionalidad para las personas nacidas en territorio francés.

El presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean François Copé, quiere que la adquisición de la nacionalidad para los hijos de extranjeros simpapeles no sea instantánea. A su juicio, Francia debe equipararse con otros países europeos --donde predomina el derecho de sangre-- para dejar de ser "el país más atractivo" para los inmigrantes.

En una intervención parlamentaria, el primer ministro, el socialista Jean-Marc Ayrault, ha reprochado a Copé utilizar el caso de Leonarda --la menor de sus seis hermanos nació en Francia-- para hacer "cálculos políticos" y cosechar votos en el terreno de la extrema derecha. "Usted quiere abolir el derecho del suelo en provecho del derecho de sangre. Esto no es la República", ha proclamado Ayrault. La izquierda, sin embargo, está dividida sobre la revisión de un derecho que, al margen de Francia y EEUU, otorgan muy pocos países.