Tres papeletas contestadas por los conservadores en la elección del presidente del Senado italiano para la nueva legislatura obligaron a repetir en la noche de ayer la segunda votación. Probablemente constituya una anticipación de lo que ocurrirá de ahora en adelante cada vez que los progresistas quieran aprobar una ley.

Las papeletas en cuestión "podrían ser un código o un mensaje camuflado", dijeron varios senadores de la derecha. "Como los pizzini de Provenzano", comentaba otro frente a una cámara de televisión, en referencia al sistema de comunicación por chuletas del recientemente arrestado capo de Cosa Nostra.

En el hemiciclo hubo gritos y el centroderecha acusó al presidente provisional de la asamblea de "forzar la Constitución", al decidir que se seguiría votando por la noche. "Muchos de los nuestros ya se han ido a casa", lamentaron a voz en grito. Sin embargo las votaciones prosiguieron, aunque con consultas continuas del reglamento, ya que la Constitución impone que la segunda votación se haga en el primer día de reunión del Senado.

La sesión del nuevo Senado, en el que los progresistas cuentan con tan sólo cuatro o cinco votos de mayoría, había empezado a primera hora. En el primer escrutinio, Franco Marini, candidato del centroizquierda, no alcanzó los 162 votos necesarios frente a su adversario Giulio Andreotti. Al final de la segunda votación, Franco Marini, candidato del centroizquierda, obtuvo una mayoría suficiente de 162 votos, como impone la Constitución.

Sin embargo, en tres papeletas su identidad figuraba con el nombre completo de Francesco, por lo que fueron invalidadas. "Son mensajes de identificación", dijo el senador Domenico Nania, de Alianza Nacional (extrema derecha). Renato Schifani, de Forza Italia, asintió. Según él, podían indicar incluso la "existencia de una negociación en curso", entre los progresistas.

Tras un conciliábulo de media hora, los seis secretarios del Senado certificaron la ambigüedad de las papeletas y el presidente provisional de la Asamblea, Oscar Luigi Scalfaro, obligó a repetir la votación.

FELICITACIONES El éxito del segundo resultado había sido saludado con frenéticos aplausos de los progresistas y varios suspiros de alivio. Todos felicitaron a Marini, que incluso ya había encajado la mano de Giulio Andreotti, candidato de los conservadores, supuestamente derrotado. Sin embargo, la noticia de que había una disputa paralizó la fiesta y, después de media hora de espera, los senadores empezaron a perder la paciencia, se escucharon los primeros gritos y algunas decenas de conservadores bajaron al centro del hemiciclo. Scalfaro tuvo que imponer la calma, haciendo sonar la tradicional campana parlamentaria.