La primera vuelta de las elecciones legislativas francesas no aportó sorpresas: mayoría aplastante para el partido de Nicolas Sarkozy; alta abstención; mantenimiento a la baja de los socialistas, con un retroceso del conjunto de la izquierda; confirmación del declive del Frente Nacional (FN) y regreso del voto centrista a sus verdaderas dimensiones en un sistema bipolarizado.

La bipolarización es una de las primeras lecturas de la votación de ayer, aunque hay que advertir que las proyecciones de escaños deben confirmarse el próximo domingo, cuando se elegirán la mayoría de los diputados. Si los pronósticos de anoche por los institutos de sondeo se cumplen, el próximo Parlamento solo tendrá dos grupos parlamentarios, el de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y el del Partido Socialista (PS) y sus aliados, ya que el Partido Comunista (PCF) perderá el suyo y los centristas de François Bayrou se quedarán lejos de los 20 escaños necesarios para formar grupo. Existe la posibilidad de que los centristas aliados a Sarkozy, llamados ahora Nuevo Centro, puedan formar un grupo independiente dentro de la mayoría presidencial.

FILLON, ELEGIDO Como anunciaban los sondeos, la mayoría de la UMP será aplastante. Con un 45% de los votos en la primera vuelta, las proyecciones le otorgan entre 383 y 447 diputados (ahora tiene 359, más 26 de la antigua UDF), una veintena de ellos del Nuevo Centro. El primer ministro, François Fillon, que obtuvo ya ayer el escaño con un 55% de los votos, valoró el resultado como "una confirmación" de lo ocurrido en las presidenciales. Dijo que "el cambio está en marcha" con "este bello avance", pero recordó que "todo se decidirá el domingo".

Con un 35% o 36% de los sufragios en la primera vuelta, el conjunto de la izquierda obtendrá entre 120 y 185 escaños (ahora tiene 170). El PS, que logró un 28,8% de los votos, puede lograr entre 120 y 170 diputados, según las proyecciones, frente a los 149 actuales. Es decir, un "resultado honorable para el Partido Socialista, pero insuficiente para la izquierda", según el primer secretario del PS, François Hollande, que lamentó la poca participación, acusó a la derecha de que "tenía interés en desmovilizar a los franceses" y reclamó una alta participación el próximo domingo de quienes desean que Francia mantenga "el equilibrio" frente al "poder absoluto".

PRESENCIA DE ROYAL Media hora después de la intervención de Hollande, en una situación un tanto insólita, que confirma las aspiraciones de Ségolène Royal a dirigir el partido, la excandidata presidencial compareció para repetir parte del mensaje y llamar a la movilización a los 17 millones de electores que votaron por ella, con el fin de "reconstruir una izquierda nueva" y "preparar la próxima alternancia".

En el resto de la izquierda, el PCF, con un 5% de los votos, perderá más de la mitad de sus 21 diputados, que le daban derecho a disponer de grupo parlamentario, ya que las proyecciones le conceden entre 6 y 12 escaños. Los Verdes (2,8%) pueden obtener entre 1 y 3 diputados mientras que la extrema izquierda queda reducida a un 3,3%.

La primera vuelta es también un descalabro para el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, que confiaba en recuperarse. No solo no ha sido así, sino que el 10% de los votos de hace un mes pasan a la mitad (4,6%).

El Movimiento Democrático (MoDem), de Bayrou, puede obtener solo el escaño del líder o llegar a cuatro, tras lograr ayer un 7,4% de los votos. Bayrou interpretó el resultado como la "prolongación de la ola de la segunda vuelta de las presidenciales" y lamentó el "desequilibro" de poder que significa.