Tras demoler mediante explosivos los muros exteriores del recinto religioso, el Ejército paquistaní está a la espera de recibir la orden para asaltar la Mezquita Roja, donde ayer seguían atrincherados varios cientos de extremistas islámicos entre los cuales, según el Gobierno, hay miembros de Al Qaeda.

En la noche del sábado, siete explosiones derribaron los muros de la mezquita. Los islamistas atrincherados respondieron con fuego, lo que desató un intenso tiroteo que causó la muerte a un coronel paquistaní.

OPERACION SILENCIO El objetivo del derribo, bautizado como operación Silencio, era eliminar los obstáculos para asaltar el complejo y facilitar la huida de las mujeres y niños retenidos.

Desde el pasado martes, cuando se iniciaron los enfrentamientos que han causado 24 muertos, el Ejército paquistaní ha tomando posiciones para un asalto final que parece ya inminente. El viceministro paquistaní de Información, Tariq Azeem, señaló ayer que, dada "la resistencia de los militantes, que parecen bien entrenados, el Gobierno puede replantearse la estrategia".

El Gobierno acusó ayer a los extremistas atrincherados de estar relacionados con Al Qaeda y señaló que en el recinto hay miembros de grupos terroristas y combatientes extranjeros. Fuentes de los servicios de seguridad paquistanís señalaron que en la mezquita se encuentran miembros del Movimiento de la Guerra Santa Islámica y del Ejército de Mahoma, dos grupos terroristas paquistanís vinculados con Osama bin Laden.