Los desacuerdos entre la Unión Europea (UE) y los países mediterráneos y el plantón de la casi totalidad de los líderes árabes están reduciendo el alcance político real de la Cumbre Euromediterránea, que ayer se abrió en Barcelona con una cena de gala ofrecida por el rey Juan Carlos. Turquía y la Autoridad Nacional Palestina son los únicos de los 10 asociados de la UE que están representados en la cita al máximo nivel. Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Jordania, Israel, el Líbano y Siria están representados mayoritariamente por primeros ministros o titulares de Asuntos Exteriores. "Los países árabes han desaprovechado una oportunidad histórica", comentaron fuentes diplomáticas.

Los desacuerdos entre los países europeos y los árabes obligaron anoche a la UE a renunciar al proyecto inicial de denominar la declaración final de la cumbre como "visión común", según indicaron a este diario fuentes de la reunión. El alineamiento de la presidencia británica de la UE con las posiciones de Israel, precisaron otras fuentes comunitarias, también dificultaba las negociaciones con los países árabes sobre los tres documentos que debe suscribir hoy la cumbre: declaración final, plan de acción y código de conducta contra el terrorismo.

PROCESO DE PAZ Los representantes de la UE trabajaban anoche en la redacción de una referencia a la resolución del conflicto árabe-israelí para incluir en la declaración final que fuera aceptable para ambas partes. Los países árabes reclamaban incluir una referencia a la iniciativa de paz árabe de Beirut del 2002 y una mención a la necesidad de que Israel se retire de todos los territorios palestinos que ocupa desde 1967.

A los países árabes les parecía insuficiente la propuesta de la presidencia británica, que se limitaba a reafirmar "la determinación a alcanzar una acuerdo justo, global y duradero del conflicto árabe-israelí, de acuerdo con las resoluciones relevantes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", pero sin referencias a la Hoja de ruta, ni a la creación un Estado palestino.

TERRORISMO El segundo desacuerdo principal era el texto del código de conducta contra el terrorismo. Los representantes de Siria, el Líbano y Argelia insistían en que se diferenciara explícitamente la resistencia legítima contra el ocupante del terrorismo, mientras que la UE e Israel defendían una condena pura y simple del terrorismo, sin dejar ningún resquicio que pudiera dejar abierta una vía para justificar atentados.

El primer ministro británico y presidente semestral de la UE, Tony Blair, insistió en una conferencia de prensa en que la paz en Oriente Próximo sólo se logrará "a través de la negociación y el diálogo" y que "el terrorismo es un obstáculo" para la resolución del conflicto árabe-israelí.

Los países árabes también planteaban problemas a las referencias en el plan de acción a la actuación de las organizaciones no gubernamentales y se resistían a asumir compromisos en materia de democratización, derechos humanos y derechos de las mujeres.

Los líderes de la UE intentaban anoche minimizar la gravedad de la ausencia en la cumbre de la casi totalidad de máximos dirigentes de los países de la cuenca sur mediterránea. Además de las anunciadas ausencias de los reyes de Marruecos y de Jordania, de los presidentes egipcio, sirio y libanés y del primer ministro israelí, se sumaron ayer las del presidente tunecino y del presidente argelino. Este último, Abdelaziz Buteflika, fue ingresado en un hospital de París aquejado de una dolencia gastrointestinal.