Argentina tiene su primer desaparecido por razones políticas desde que retornó la democracia. Las fuerzas de seguridad buscan a Julio López, cuyo rastro se perdió después de que aportara un testimonio clave que permitió la semana pasada condenar a cadena perpetua al excomisario Miguel Etchecolatz por graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar (1976-83).

Tanto en esferas del Gobierno del presidente Néstor Kirchner como en organismos defensores de los derechos humanos crece la sospecha de que López, un albañil de 77 años que había padecido la represión y que vio como asesinaban a un matrimonio y torturaban a menores, está en manos de los secuaces que Etchecolatz puede tener aún dentro de la policía bonaerense.

Etchecolaz fue jefe de Investigaciones de Ramón Camps, el coronel que manejó las fuerzas de seguridad en la provincia de Buenos Aires y que se jactó de haber matado a 5.000 personas.

TEMORES "Las hipótesis que se manejan son que López haya buscado alguna forma de esconderse, aunque tras una semana desaparecido no descartamos que haya sufrido represalias por sus declaraciones", dijo el secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Edgardo Binstock. Mientras prosigue la búsqueda del albañil, se ofrecen 51.000 euros de recompensa a quienes aporten datos sobre su paradero.