La falta de transparencia en el desarme del IRA ha vuelto a impedir la reinstauración del Gobierno en Irlanda del Norte, que quedó suspendido hace dos años por un supuesto caso de espionaje del IRA en las oficinas de Stormont, sede de la Asamblea del Ulster.

El plan del primer ministro británico, Tony Blair, y su homólogo de Irlanda, Bertie Ahern, para restablecer la autonomía en el Ulster quedó ayer nuevamente frustrado. Los unionistas radicales de Ian Paisley, líder de la fuerza mayoritaria protestante, se niegan a firmar el acuerdo si previamente no se publica una prueba fotográfica de la destrucción de armas del IRA. "Ha sido el IRA el que ha dicho que no", comentó anoche Paisley, echando la culpa a los republicanos del fracaso de las negociaciones.

"Lo que están pidiendo es un proceso de humillación", respondió el líder del Sinn Féin, Gerry Adams, quien habló de la sorpresa de los republicanos cuando supieron la exigencia unionista de la prueba fotográfica.

DESALIENTO DE BLAIR Blair, que ayer compareció ante la prensa en Belfast junto a Ahern, tuvo que reconocer que todo lo logrado han sido "avances notables, pero aún no hay un acuerdo completo". "Es como si estás escalando una montaña y te sientes muy cansado. Crees que has llegado a la cumbre y justo entonces, cuando crees que has llegado, ves que hay otro montículo por delante. Así es como me siento", declaró.

El primer ministro británico prometió seguir trabajando para superar el limbo político en el que se encuentra Irlanda del Norte, una situación que puede prolongarse durante largo tiempo.