Aunque el virus no le contagie y gane las elecciones del martes, George Bush jamás olvidará la gripe del 2004. Millones de ciudadanos de este país, tampoco. Las largas colas de estadounidenses en los hospitales en busca de la vacuna gripal ante la falta de dosis para todos ha salpicado al presidente y dañado su imagen de gestor.

La crisis de la gripe, que afecta a millones de ciudadanos --muchos de ellos en estados en los que el voto del martes aún no está decidido--, se ha convertido en el caballo de batalla demócrata en el esprint final de estas disputadas elecciones.

The Wall Street Journal recogía ayer la frase de un alto responsable de la campaña republicana: "La vacuna antigripal y la Seguridad Social me dan miedo".

INSPECCION DE CALIDAD Para frenar la situación provocada por la falta del medicamento, las autoridades sanitarias de EEUU se han visto obligadas a comprar cinco millones de vacunas adicionales en Alemania y Canadá.

El Departamento de Sanidad y Servicios Humanos ha enviado inspectores a las plantas de GlaxoSmithKline en Alemania y a las de ID Biomedical en Canadá para comprobar la calidad de esas vacunas, explicó ayer el responsable de la sanidad de EEUU, Tommy Thompson.

Chiron, la farmacéutica inglesa que debía suministrar a EEUU 60 millones de dosis, descubrió a tiempo que sus vacunas estaban infectadas, y tuvo que retirar toda la partida. Avertis-Pasteur suministró a EEUU otros 58 millones de dosis para paliar la situación. Aun así, los números no cuadraron.

El tour de esos inspectores sanitarios es tan sorprendente en estas fechas y en este país como las loterías para repartir las vacunas. En el rico condado de Montgomery (Maryland) --zona residencial donde viven muchos de los trabajadores de Washington-- se ha tenido que montar una lotería para inyectar sus 800 únicas dosis. Ayer se habían inscrito 20.630 ciudadanos.

Se da la paradójica circunstancia de que en este condado se concentran el Instituto Nacional de la Salud de Bethesda, uno de los centros científicos más importantes y avanzados del mundo, y el famoso Hospital Naval, donde se suele ingresar al presidente en casos urgentes.

La revista Newsweek dedica su portada de esta semana en EEUU a la vacuna con el titular Fiebre de gripe , y no a las elecciones. The New York Times abrió ayer sus páginas de información política y electoral también con la crisis de la gripe. El Times publicaba que en Seattle se han fletado cruceros turísticos hasta Victoria (Canadá) con el incentivo de que los pasajeros recibirán su dosis mientras disfrutan del viaje.

VIAJE A LONDRES Los ejemplos y la casuística salpican todo el país. En el sur, miles de estadounidenses cruzan el río grande y la frontera de California para vacunarse en México, donde sí se encuentra la vacuna. Hay agencias turísticas que proponen a sus clientes fines de semana a Londres con pinchazo incluido.

Hace tres semanas que el propio presidente confirmó que este invierno no habría vacunas para todos, porque el Gobierno más poderoso de la tierra sólo ha sido capaz de distribuir 60 millones de unidades de los 100 millones que estaban previstas por las autoridades sanitarias. Una de las razones esgrimidas por el Ejecutivo fue el hallazgo de que cinco millones de unidades procedentes del Reino Unido estaban contaminadas. La carencia de las vacunas es sólo la punta de un iceberg que podría resquebrajar el Titanic de los republicanos.

LAS VICTIMAS REALES La gripe causa al año unas 36.000 muertes y 200.000 hospitalizaciones, cuyo coste supera con creces el valor de la compra de las vacunas necesarias. Hace tres semanas apareció la primera persona infectada este año. Se trata de una mujer de 44 años que reside en el condado de Hennepin, en Minnesota. A la paciente le detectaron el virus A Fujian, una de las muestras incluidas en las vacunas de esta temporada.

Thompson, el secretario de Salud y Servicios Humanos, ha pedido calma en numerosas ocasiones y ha dado prioridad a los siguientes grupos de riesgo: niños de 6 a 23 meses, adultos mayores de 65 años, enfermeras, pacientes con enfermedades crónicas, mujeres que puedan estar embarazadas este invierno y personas que cuidan bebés.

Los demócratas han puesto el dedo en la llaga y no lo han retirado desde hace tres semanas. Kerry ha llegado a declarar en una entrevista a la National Public Radio: "Si el Gobierno no puede prever la vacuna contra la gripe, ¿cómo nos protegerá contra el bioterrorismo?".