El desertor del Ejército estadounidense Charles Robert Jenkins, instalado desde hace 40 años en Corea del Norte, se reunió ayer en Yakarta (Indonesia) con su esposa, la japonesa Hitomi Soga, quien dejó el estado estalinista en el 2002 para regresar a su país. Junto con Jenkins viajaron a Yakarta desde Pyongyang las dos hijas de la pareja, Mika, de 21 años y Belinda, de 18.

La familia eligió para el reencuentro Indonesia, que no tiene tratado de extradición bilateral con EEUU. Washington considera a Jenkins "desertor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos" y desea juzgarle.

Jenkins desapareció en el año 1965, cuando patrullaba la zona desmilitarizada situada entre las dos Coreas.