Quienes aún le atribuían móviles altruistas y patrióticos asisten en vergonzoso silencio al espectáculo de la deshonra pública del dictador chileno, enriquecido con fondos públicos procedentes de la exportación del cobre. Una parte de ellos se destinó a pagar los sueldos de las fuerzas armadas y a la compra de armamento, por la que Augusto Pinochet percibía comisiones, entre otras, de la empresa estatal británica British Ordinance. La plata del cobre era depositada en entidades financieras de paraísos fiscales, donde se acumula una fortuna que se disputa ahora la familia del corrupto general.

*Periodista.