La policía de China ha detenido este viernes a un exconvicto por las explosiones que causaron un muerto y ocho heridos en la sede provincial del Partido Comunista de China (PCCh) en la ciudad de Taiyuan, según ha informado la agencia oficial Xinhua. El detenido, un hombre de 41 años llamado Feng Zhijun que estuvo nueve años en prisión por robo, ha admitido haber colocado los artefactos caseros.

Efectivos policiales han registrado el domicilio del arrestado y han encontrado más artefactos explosivos. Asimismo, han requisado el vehículo que según se cree utilizó Feng para llevar las bombas, al parecer recipientes cargados con metralla.

Las explosiones ocurrieron el miércoles frente a la sede provincial del PCCh, en un momento sensible para la formación política, dado que este sábado celebra un decisivo plenario en el que se espera que anuncie grandes reformas económicas. El suceso, además, ocurrió pocos días después de que cinco personas murieran y 40 resultaran heridas cuando un vehículo se incendió en la plaza de Tiananmen en Pekín, uno de los lugares más simbólicos para el régimen. El Gobierno ha calificado este incidente de atentado terrorista.

Explosiones poco habituales

Las explosiones en edificios oficiales son raras en Chinas, pero hay algunos precedentes, por ejemplo en el 2011, cuando el campesino Qing Mingqi lanzó un ataque suicida en el que murieron él y otras dos personas en las cercanías de unas oficinas gubernamentales en la ciudad de Fuzhou, en el sureste del país para protestar contra la expropiación de sus tierras.

En julio de este año, un peticionario discapacitado hizo estallar un pequeño artefacto explosivo en el aeropuerto de Pekín para llamar la atención sobre su minusvalía, causada por la paliza que le dieron unos guardias de seguridad.