Un alto oficial de las fuerzas de seguridad iraquís fue detenido ayer en Bagdad acusado de filmar y divulgar el vídeo de la ejecución de Sadam que ha dado la vuelta al mundo. La se produjo tan solo un día después de que el Gobierno ordenara la puesta en marcha de una investigación para dar con el responsable, cuya identidad se desconoce. Las imágenes que desde el domingo pasado circulan por internet demuestran que más que una ejecución, el dictador iraquí fue objeto de un linchamiento, casi una sesión de venganza. Su divulgación ha puesto nuevamente en la picota al Gobierno y ha desatado la cólera del primer ministro, Nuri al Maliki.

El detenido ha sido acusado de difundir las imágenes del ahorcamiento de Sadam en los medios de comunicación. El martes, el juez Munqiz al Farún --ayudante del fiscal en el juicio contra el tirano y una de las 14 personas que presenciaron la ejecución-- había acusado a "dos altos responsables del Gobierno" de filmar el ahorcamiento con sus teléfonos móviles, a pesar de "todas las medidas de seguridad que habían sido adoptadas para prohibir semejante acción". Entre los pocos espectadores a los que no les fue confiscado el móvil antes de entrar en la sala donde tuvo lugar el ahorcamiento se encuentra el Consejero Nacional de Seguridad, Muafak al Rubaye, quien no ha hecho declaraciones desde el sábado.

SEA QUIEN SEA Para arrojar luz sobre lo sucedido en la madrugada del sábado, Maliki ha puesto a tres hombres de confianza al frente de una comisión de investigación. Un diputado chií cercano al primer ministro dijo que este "se toma muy en serio esta investigación". "Quiere castigar al responsable, sea quien sea", agregó. El escándalo no solo supone un motivo de vergüenza para el Gobierno democráticamente elegido, sino que empieza a proyectar una larga sombra sobre las ejecuciones pendientes. El Ejecutivo de Maliki no puede permitirse más errores si no quiere dar la impresión de que en Irak manda la vendetta .

Dos antiguos miembros de la dictadura baazista --Barzan al Tikriti, hermanastro de Sadam, y Awad al Bandar, exjefe del Tribunal Revolucionario-- están en la lista de espera. Algunas fuentes gubernamentales apuntaban que serían ahorcados hoy por la madrugada, mientras que otras aseguran que las ejecuciones serán la próxima semana.

EL MUÑECO DEL MUERTO El Ejército estadounidense, entretanto, decidió ayer echar fuego a la polémica interna por la ejecución de Sadam. El portavoz de las tropas desplegadas en Irak, el general William Caldwell, dijo que de haber estado en sus manos, habrían hecho el trabajo "de otra manera". Si la repercusión se mide por la reacción del mercado, la ejecución de Sadam ya tiene un lugar en la memoria colectiva. La empresa Vicale Corporation ofrece el muñeco de Sadam ahorcado en su página web. Cuesta 19 euros.