Ni antisemitas, ni nazis. Lejos de cualquier profundidad ideológica, los autores del robo del letrero de la entrada del campo de exterminio nazi de Auschwitz --con el cínico emblema de El trabajo os hace libres -- se movieron, exclusivamente, con fines lucrativos. Son delincuentes comunes.

Así se desprende del perfil de los cinco ciudadanos polacos detenidos facilitado por la policía: edades comprendidas entre los 20 y los 39 años, con antecedentes penales por robo con violencia y con la intención de vender la reliquia convertida en icono de la barbarie nazi al mejor postor. Uno de ellos dirige una empresa de construcción.

FRAGUADO EN INTERNET Incluso se llegó a barajar la posibilidad, de momento descartada, de que el suceso fuera orquestado para debilitar la imagen de Polonia. "Ninguno de los cinco sospechosos es miembro de grupos neonazis", aseguró el jefe de policía de Krakow, localidad cercana a Auschwitz.

El robo que el pasado viernes conmocionó a Alemania, Israel y Polonia --países con profundos vínculos con la barbarie nazi-- fue fraguado a través de internet. Las primeras pesquisas de la policía polaca apuntan a que los delincuentes contactaron con un coleccionista extranjero de emblemas nazis. La colaboración ciudadana ha sido clave, ya que la policía recibió más de un centenar de llamadas, entre ellas la que apuntó una pista decisiva.

La policía informó de que el cartel de cinco metros de longitud forjado por los prisioneros judíos fue partido en tres trozos por los ladrones con el objetivo de trasladarlo con más facilidad.

Las autoridades polacas convirtieron la resolución del caso en una prioridad, azuzados por la comunidad internacional.