La segunda fase de las elecciones legislativas que celebró ayer Egipto estuvo marcada, una vez más, por la violencia y las irregularidades. La jornada se saldó con casi 40 heridos, 5 de ellos graves, y con más de 650 detenidos, todos ellos simpatizantes de los Hermanos Musulmanes. Los islamistas acusaron a las fuerzas de seguridad y a grupos ligados al partido en el poder de intimidar, golpear e impedir a sus electores votar.

Parte de los incidentes se registraron en Alejandría. En los barrios dominados por los candidatos de los Hermanos Musulmanes, la policía acordonó los centros de voto, lo que impidió a muchos electores el acceso a las urnas. También hubo enfrentamientos en Hayatim y Bolquine.

El organismo que vela por estos comicios pidió anular la votación en los colegios obstruidos por la policía o afectados por la violencia.