Más de un centenar de personas --entre ellas el diputado líder de la oposición y dos generales retirados-- han sido detenidas entre el viernes y el sábado en Filipinas al amparo del Estado de excepción decretado por el Gobierno tras un supuesto golpe de Estado. Con el argumento, expresado por el director de la policía, Arturo Lomibao, de que "la conspiración ha sido aplastada, aunque algunos de sus responsables siguen libres", las autoridades han llegado al extremo de cerrar el periódico Daily Tribune , crítico con el Ejecutivo de Gloria Macapagal Arroyo.

Crispín Beltrán, número uno de la coalición opositora de izquierdas Bayan Muna, fue arrestado en su casa de las afueras de Manila, según denunció su esposa. Igual suerte corrieron los generales retirados Rex Piad y Ramón Montaño, a los que Lomibao ha acusado de "formar parte del complot". Ambos tienen en común que han criticado las políticas de Arroyo. La ola de arrestos han obligado a decenas de militantes y figuras de la izquierda a esconderse. El Gobierno sigue sin dar detalles sobre el golpe conjurado, aunque ayer atribuyó la intentona a una alianza de "terroristas comunistas y militares aventureros".