Jerry Chun Shing Lee, un hombre de 53 años y antiguo empleado de la CIA, fue detenido el lunes e imputado por haber actuado como un topo para China. Todo arrancó en el 2010. La CIA había conseguido desplegar en China una de sus mejores redes de información sobre los entresijos del poder en Pekín en décadas. Pero a finales del 2010 el flujo de información empezó a secarse y para principios de 2011 la agencia se dio cuenta de que sus confidentes en China estaban desapareciendo.

La CIA, conjuntamente con el FBI, abrió una investigación exhaustiva. La posibilidad de que hibiera un topo en la CIA tomaba cuerpo. Desde finales del 2010 hasta finales del 2012 los chinos habían matado al menos a una docena de los confidentes de EEUU. Entre seis y ocho informantes más fueron encarcelados.

La investigación se centró en Chun Shing Lee, también conocido como Zhen Cheng Li. Chino naturalizado estadounidense y formado en la universidad de Hawai, había entrado a trabajar en la CIA en 1994. Estuvo en la agencia, donde tuvo acceso a información clasificada, hasta 2007, cuando aparentemente se marchó insatisfecho con el estancamiento de su carrera.

En 2012 los investigadores del FBI consiguieron atraerlo de vuelta a EEUU, aparentemente con la promesa de otro empleo en la CIA. Según se ha sabido ahora, en aquella ocasión registraron sus habitaciones de hotel en Hawai y Virginia, donde encontraron dos pequeños cuadernos con numerosa información clasificada: desde nombres reales de agentes encubiertos y de confidentes hasta números de teléfono, datos sobre encuentros con informantes y direcciones de instalaciones de la CIA, incluyendo algunas secretas.

Chung Shing Lee fue interrogado pero no detenido y volvió a Asia. Ha estado viviendo en Hong Kong. No se han hecho públicos los motivos por los que el sospechoso ha vuelto ahora a EEUU, pero el lunes fue detenido en el aeropuerto JFK de Nueva York.