El primer ministro tunecino, Mohamed Ghannouchi, ha presentado su dimisión después de varios días de manifestaciones que reclamaban su cese, en un anuncio público en el palacio de Cartago.

Ghannouchi había asumido el cargo en el Gobierno de transición tras la caída del régimen de Ben Alí, el pasado 14 de enero, por las protestas populares.

La situación se había hecho insostenible en Túnez tras varios días de enfrentamientos entre las fuerzas policiales, que emplearon el sábado gases lacrimógenos, y los manifestantes que reclaman la dimisión en pleno del Gobierno de transición.

Miles de personas habían invadido la avenida Habib Burguiba, pese a la prohibición de transitar. Uno de los grupos comenzó a lanzar piedras contra las fuerzas policiales, desplegadas en gran número por la avenida y apoyadas por blindados de la Guardia Nacional. Este grupo prendió fuego a neumáticos, contenedores de basura y a una motocicleta estacionada en las inmediaciones.

El segundo contingente de manifestantes se concentró cerca de la embajada de Francia, en la parte de Burguiba más próxima a la medina, e instaló barricadas en plena calle. Las fuerzas policiales intentaron dispersar a los manifestantes con proyectiles de gases lacrimógenos y disparos al aire a modo de advertencia. Otro grupo formado por centenares de manifestantes se unió posteriormente a la protesta en la avenida entre lemas contra Ghanuchi.

Al menos tres personas murieron el sábado y otras 85 resultaron heridas en los enfrentamientos en la capital entre la policía y los manifestantes, según fuentes del Ministerio tunecino de Interior.

En las localidades de Tozeur, Kaserín y Metraui se han registrado también disturbios desde el viernes.