El secretario de Defensa de Sri Lanka, Hemasiri Fernando, renunció ayer a su cargo después de que se revelara que los organismos de seguridad del país recibieron con antelación información sobre la serie de atentados del pasado domingo. En total murieron entre 250 y 260 personas, 100 menos de las contabilizadas inicialmente, según las cifras revisadas ayer por las autoridades. Fernando aseguró en su carta de renuncia que como secretario de Defensa había difundido «sistemáticamente la información de inteligencia recibida sobre los ataques a los funcionarios y departamentos competentes» y que cumplió con su «deber». «Pero algunos oficiales y departamentos clave no actuaron en consecuencia y como resultado hemos tenido que afrontar esta situación. Voy a renunciar para facilitar la investigación al comité encargado», anunció el ya exsecretario. Las iglesias de Sri Lanka podrán decidir si anulan los rezos del domingo y los cristianos podrán seguir las oraciones por televisión desde sus casas, mientras que el Gobierno y una organización de clérigos islámicos han pedido a los musulmanes que no acudan a las mezquitas para el rezo colectivo del viernes por temor a nuevos atentados. «Podéis quedaros en casa y rezar», planteó el arzobispo de Sri Lanka, Malcolm Ranjith.