Hay quien sigue sin enterarse de que en EEUU no están para bromas, sobre todo después de que un terrorista intentara causar una nueva masacre en un avión con destino a Detroit el día de Navidad siguiendo instrucciones de Al Qaeda. Lo ocurrido el miércoles por la noche en un vuelo de Washington a Denver tenía todas las papeletas para ser un nuevo intento de atentado contra un avión sobre el espacio aéreo de EEUU.

Un hombre entró en un baño de la cabina y poco después empezó a salir humo por la rendija de la puerta. Las azafatas dieron la voz de alerta. A partir de entonces, unas versiones aseguran que en tono sarcástico amenazó con "prender fuego a su zapato" --en referencia a Richard Reid, que en el 2001 intentó hacer explotar un zapato bomba--, y otras aseguran que el hombre apagó el cigarrillo en la suela. Tras ser reducido por un agente federal, el piloto comunicó el incidente a la torre de control y dos cazas F-16 escoltaron el avión hasta el aeropuerto.

El sospechoso era un diplomático qatarí que no pudo controlar su ansiedad por la falta de nicotina.