Irak ya tiene nuevo primer ministro. Es el popular político shií Ibrahim al Yafari, de 58 años, líder del partido Dawa, que ha dedicado gran parte de su vida a luchar contra el régimen del dictador Sadam Husein. Yafari se convierte así en el nuevo hombre fuerte de un país sumido en la violencia y que intenta poner en marcha un proceso político plagado de obstáculos. Al nuevo primer ministro le espera una ardua y difícil tarea.

NUEVO GOBIERNO La designación de Yafari, de talante conservador, se supo justo después de que los tres miembros del consejo presidencial, encabezado por el jefe del Estado, el kurdo Jalal Talabani, jurasen sus cargos ante los 275 diputados de la Asamblea Nacional. Yafari dijo ayer que anunciará la composición de su Gobierno en "una o dos semanas". Mientras tanto, los miembros del actual Ejecutivo, encabezado por Iyad Alaui, seguirán en sus puestos.

Yafari confía en resolver pronto la pugna que mantienen los shiís y los kurdos por asumir el estratégico Ministerio del Petróleo. Los kurdos, que ocupan 70 escaños en el Parlamento, frente a 146 de los shiís de un total de 275, aspiran a incorporar a su región autónoma la ciudad de Kirkuk, rodeada de ricos yacimientos petrolíferos.

Conocida es la aspiración de los kurdos de reforzar al máximo su régimen de autonomía, incluso de constituirse en un Estado independiente, y el oro negro les facilitaría las cosas. La negociación, pues, no es nada fácil, ya que el shií Yafari, miembro de la comunidad más numerosa de Irak, no está dispuesto a poner en peligro la integridad territorial de Irak, aunque acepta la formación de un Estado federal.

Otro de los grandes retos del nuevo primer ministro es convencer a los clérigos sunís de que se integren en el proceso político iniciado con las elecciones del 30 de enero, que boicotearon.

Sus detractores recelan del grado de influencia que puede tener la religión en su mandato. Los dirigentes kurdos y el ya exprimer ministro Iyad Alaui advirtieron hace semanas de que no aceptarían la instauración de un Estado islámico.

La lucha contra la insurgencia, así como el futuro de las fuerzas extrajeras en el país, son otros de los grandes desafíos que deberá afrontar Yafari. La comunidad shií ha sido víctima de sangrientos atentados de grupos armados sunís, y sus líderes han pedido muchas veces la marcha de las tropas extranjeras.

ASESINADOS 11 CIVILES Los avances en la transición iraquí no se producen exentos de violencia. Los cadáveres de 11 civiles iraquís fueron localizados ayer cerca de la ciudad de Ramadi. Todos trabajaban en una base estadounidense en la ciudad.

Además, otros 12 civiles fueron heridos en un atentado suicida con coche bomba en Tall Afar, al noroeste de Irak. En Mosul, murieron 3 insurgentes.