Al preguntarle por su niñez, Sanna Marin siempre contesta que fue «invisible». Invisible al no poder hablar de ella abiertamente porque su madre compartía la vida con otra mujer. Aun así, o precisamente por eso, siempre recibió apoyo, confianza y el mensaje de que podía llegar allí donde quisiera. Con 34 años ha sido elegida primera ministra de Finlandia, convirtiéndose en la persona más joven en todo el mundo que en la actualidad ostenta este cargo.

Toda la coalición de Gobierno, integrada por cuatro partidos además de los socialdemócratas (SDP), está liderada por mujeres de edades comprendidas entre los 32 y los 55 años. Al frente de la formación liberal Partido de Centro se encuentra Katri Kulmuni, de 32 años; de los Verdes, Maria Ohisalo, de 34; de la Alianza de Izquierdas, Li Andersson, de 32; y del Partido Popular Sueco -en representación de la minoría suecohablante del país nórdico- Anna-Maja Heriksson, de 55.

Por detrás de Finlandia, Ucrania -Oleksy Houchasuk (35)- y Nueva Zelanda -Jacinta Arden (39 años)- son en la actualidad los países con mandatarios más jóvenes.

El Partido Socialdemócrata de Finlandia (SDP) eligió el domingo a su vicepresidenta, Sanna Marin, para suceder en la jefatura del Gobierno a Antti Rinne, forzado a dimitir amenazado por una moción de censura tras perder la confianza de sus socios liberales.

Tras apenas seis meses en el cargo, a Rinne se le reprochaba su gestión a la hora de impedir un conflicto laboral entre los sindicatos y la empresa estatal de correos Posti, que derivó en una huelga de dos semanas de pérdidas millonarias.

Antes de alcanzar la jefatura del Estado, Marin tuvo un cargo en la Administración local de Tampere a los 27 años y fue diputada por primera vez con 30.

«Tenemos un arduo trabajo por delante para reconstruir la credibilidad», dijo la mandataria tras ser nombrada. Al ser preguntada por su edad, rehuyó hacer demasiadas disquisiciones: «Nunca he pensado en mi edad ni en mi género». «Pienso en las razones que me llevaron a la política y los temas por los que hemos obtenido el apoyo del electorado».

Marin, quien es ministra de Transporte y Comunicaciones en funciones hasta que tome posesión, se impuso por 32 votos contra 29 al portavoz parlamentario del SDP, su único rival, en una ajustada votación del comité socialdemócrata celebrada en Helsinki.

Auge ‘ultra’

El nuevo Ejecutivo debe recibir todavía el visto bueno del Eduskunta (Parlamento finlandés) en una votación prevista para la semana próxima, aunque se trata de una mera formalidad ya que la coalición cuenta con una cómoda mayoría de 117 escaños de un total de 200.

El triunfo de la moción de censura hubiera conllevado la convocatoria de nuevas elecciones y una muy probable victoria del partido opositor de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, al que las últimas encuestas colocan como claro favorito en intención de voto.

Esta súbita crisis política se produce en un momento de horas bajas para los partidos mayoritarios del Gobierno, de auge para la oposición, y coincide además con el tramo final de la presidencia de turno finlandesa de la Unión Europea (UE).