Los dirigentes de los mayores sindicatos de Portugal abrieron hoy la huelga general contra la política de austeridad del Gobierno conservador con piquetes y mítines en instalaciones del metro, los bomberos y los servicios urbanos.

Arménio Carlos, secretario general de la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista), y Carlos Silva, líder de la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista) encabezaron los piquetes que recorrieron durante la madrugada varios centros de trabajo de Lisboa.

El principal cuartel de bomberos de la capital, la central del metro y de los servicios municipales de limpieza así como varios hospitales públicos registraron las primeras adhesiones a la huelga convocada por las dos grandes centrales sindicales.

Según los portavoces de la CGTP y la UGT, que suman más de un millón de afiliados en un país que apenas supera los diez millones de habitantes, el respaldo a la huelga fue generalizado en esas instituciones, así como en los trenes y la recogida de basuras de las principales ciudades.

Armenio Carlos proclamó que ésta es una protesta "por el derecho al trabajo y a un trabajo con derechos" y responsabilizó al Ejecutivo conservador luso de haber destruido más de 300.000 empleos con las medidas de austeridad aplicadas en los dos últimos años bajo el rescate financiero de Portugal.

Carlos Silva también cargó contra el Gobierno e instó a convertir la jornada en "una muestra de rechazo a las políticas de austeridad", a las que responsabilizó del sufrimiento que padecen los portugueses.

La huelga general de hoy es la cuarta convocada desde que Passos Coelho asumió el poder hace dos años y la tercera que organizan juntas las dos grandes centrales sindicales desde la instauración de la democracia en Portugal, con la revolución de 1974.

El secretario general del Partido Comunista, Jerónimo de Sousa, se sumó también a los actos a favor de la huelga y criticó las afirmaciones de ayer de Passos Coelho, que abogó por "más trabajo y menos huelgas" en su país.

El dirigente comunista subrayó que la protesta de hoy se debe precisamente a la falta de trabajo en el país, cuya tasa de desempleo, que ronda el 18 %, es la más alta que recuerdan los portugueses.

La CGTP y la UGT esperan que la huelga general de hoy se convierta en una muestra de repudio al Ejecutivo que le obligue a dar un giro en su política económica.

Pero Passos Coelho ya adelantó su intención de seguir adelante con los recortes presupuestarios de 4.700 millones de euros exigidos para los próximos dos años por la UE y el Fondo Monetario Internacional en el marco de su programa de asistencia financiera a Portugal.