A menos de 24 horas de salir absuelto del juicio político que se sigue en su contra en el Senado, por abuso de poder y obstrucción a la investigación, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump se dirigió la pasada madrugada, según el reloj español, al Congreso para realizar su discurso del estado de la Unión. Un discurso «muy muy optimista» y «positivo», según prometió el propio Trump horas antes de subirse a la tribuna.

En el mismo escenario en el que los senadores demócratas han expuesto durante días los artículos del impeachment, el dirigente tenía intención de sacar pecho por los recientes acuerdos comerciales con China, Canadá y México y pretendía defender su gestión en materia migratoria, según comunicó ayer la Casa Blanca. También iba a destacar los esfuerzos en seguridad nacional, así como su decisión de matar al comandante iraní Qasin Soleimani mediante un ataque con drones en el aeropuerto de Bagdad y que elevó en gran medida la tensión con el régimen de Teherán.

El proceso de impeachment no ha afectado en demasía a Trump, que ha mantenido casi intacto el apoyo de su base electoral, según todos los sondeos. Además, a menos de 300 días para las elecciones presidenciales, cuenta con el viento a favor de los indicadores económicos. La duda que flotaba en el ambiente era si el mandatario haría caso a las voces republicanas que le aconsejaron «no agitar las aguas» y concentrarse «en las cosas que puedan unir» durante su discurso, o bien volvería a arremeter con dureza contra sus rivales demócratas a quines acusa de emprender una «caza de brujas».