La inédita cumbre de la disidencia cubana concluyó el sábado por la noche en La Habana con la aprobación de una resolución que proclama la disposición a seguir la "lucha pacífica en pro de la democratización" de la isla y que define al régimen de Fidel Castro como "estalinista, totalitario y netamente antidemocrático". El texto exige la excarcelación "inmediata de todos los presos políticos sin listas, plazos ni exclusiones", y considera que este asunto debe seguir siendo la prioridad en la agenda de actividades de los disidentes.

Los 150 representantes de diferentes grupos de la disidencia cubana adscritos a la ilegal Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC) se reunieron el viernes y el sábado en La Habana. La resolución final también exigió "la abolición inmediata" de la pena de muerte en Cuba así como la conmutación de las que se encuentran pendientes de ser ejecutadas. La cumbre pidió al Gobierno de Castro "cambios económicos profundos que otorguen libertad económica a los ciudadanos" y reclamó "pluralidad de partidos, programas, ideologías políticas y candidatos".

DIVISION INTERNA Durante la reunión, los disidentes Marta Beatriz Roque, Félix Bonné y René Gómez Manzano fueron elegidos a la cabeza del secretariado ejecutivo de la APSC. La cumbre proclamó la "unión indisoluble" con los demócratas cubanos en el exilio y tendió la mano a grupos disidentes "que deseen tener vínculos con la APSC". Pero nadie mencionó a los ausentes: los disidentes moderados que se negaron a participar en la reunión y pusieron en evidencia las divisiones en el seno de la oposición.