Un distrito de Roma ha causado un nuevo seísmo político en torno a la inmigración al aprobar una ordenanza que establece un autocar escolar específico para niños de etnia gitana, en respuesta a algunos disturbios vividos a bordo de los vehículos en las últimas semanas. La polémica moción fue impulsada por un concejal de la gubernamental Refundación Comunista, Lucio Conte --a quien su partido ha obligado a dimitir--, y logró los votos de Izquierda Democrática, que también apoya al Ejecutivo, y del centroderecha. El Partido Democrático (PD), la principal formación de la coalición de Gobierno, se opuso.

Al alcalde de Roma, Walter Veltroni, le toca ahora decidir si toma cartas en el asunto. "Los niños son todos iguales. Han ido a la escuela todos juntos hasta ahora y deberán continuar así", declaró el alcalde.

Desde la crisis desatada el pasado octubre por un asesinato cometido por un rumano, el debate político y social en Italia sobre la inmigración es motivo de sobresaltos. La alcaldesa de Milán anunció en diciembre que los hijos de inmigrantes no podrán inscribirse en los parvularios municipales si sus padres no tienen los papeles en regla.