La crisis política está sangrando la economía nacional, muy orientada al turismo. El país de la sonrisa ubicua, las playas paradisiacas de blanca arena, el sol y la excelente gastronomía ha visto reducidos sus visitantes extranjeros en un 38%. Las llegadas al futurista aeropuerto internacional de Suyarnabhumi han caído de las 30.000 habituales a 20.000. El turismo, que supone el 7% del PIB tailandés, perderá unos 750 millones de euros. Más de 40 países han recomendado a sus nacionales no viajar a Tailandia. Entre ellos, España, que a través del Ministerio de Exteriores, "desaconseja absolutamente" viajar al país.