El Partido Socialista (PS) francés inició ayer la Universidad de Verano en La Rochelle (oeste de Francia) en un clima de crisis que preludia una dura guerra por el control del partido. La batalla final se librará en el congreso de la formación, previsto para el próximo noviembre en Le Mans. Junto a la dirección del PS, está también en juego la candidatura para las elecciones presidenciales del 2007.

El liderazgo de Fran§ois Hollande, al frente del PS desde hace ocho años, es objeto de una creciente contestación, y el enfrentamiento con el exnúmero dos del partido Laurent Fabius --excluido de la dirección en junio por haber pedido el no en el referendo sobre la Constitución Europea, en contra de la posición oficial-- es inevitable. Fabius, que hizo ayer acto de presencia en la apertura de la cita, no disimuló la intención de boicotear la cita y, especialmente, el discurso de clausura de su rival, que será mañana por la mañana.

Pero sus aliados se mostraron especialmente activos y dispuestos a hacer lo imposible para reunir a los otros partidarios del no a la Constitución con el fin de constituir una mayoría "alternativa" a la actual. En el diario Le Parisien , Fabius pidió ya "una estrategia de unión a la izquierda", críticas "mucho más firmes" contra el Gobierno conservador y propuestas que se puedan oír más.

Hollande, en la revista Le Nouvel Observateur , defendió el balance de su gestión y denunció a los socialistas que "quieren correr tras la extrema izquierda", rechazó el "enfrentamiento mortífero" que algunos tratan de instalar "incluso en el seno del PS", dijo que "tiende la mano" a quienes quieran tomarla y que la unión es "un imperativo" para la alternancia en el 2007.

JOSPIN, EL PRIMERO Curiosamente en el sondeo publicado por el diario Libération , el exprimer ministro Lionel Jospin, que se retiró de la política tras ser eliminado por el ultra Jean-Marie Le Pen en la primera ronda de las presidenciales del 2002, encabeza con holgura la lista de personalidades "más representativas" de la izquierda. Jospin, que apoya a Hollande en su guerra contra Fabius, debería estar presente hoy en La Rochelle "como un militante más".