La población de la tercera ciudad de Australia, Brisbane, afronta nuevas riadas generadas por las inundaciones que afectan al estado de Queensland, donde han muerto al menos 12 personas y hay 200.000 damnificados.

Las autoridades han indicado que todavía falta una última crecida mañana, cuando el nivel del agua del río Brisbane alcanzará los 5,2 metros, 30 centímetros menos de lo que se había previsto en un principio porque las condiciones meteorológicas han mejorado algo.

Los expertos prevén que la próxima subida, que coincide con la pleamar, afectará a 19.700 casas y 3.500 comercios, según un modelo generado por ordenador. En la primera crecida, el nivel del Brisbane ha subido a los 4,5 metros porque se ha podido controlar el caudal del sobrecargado embalse Wivenhoe, próximo a la ciudad de 2 millones de habitantes, a raíz de que no llovía.

Aún así, 35 de los 50 suburbios de Brisbane han resultado afectados, calles enteras con viviendas y negocios han quedado anegados, el contenido de las cloacas se ha vertido en el río y las plantas de tratamiento de agua potable se han visto afectadas. El agua ha destrozado las terminales de los transbordadores que sirven de transporte público a lo largo del río y ha arrancado de sus amarres a algunos barcos, que han ido a la deriva por la piscina gigante en la que se ha convertido el centro de la ciudad.

DOS AÑOS PARA RECUPERARSE DEL DESASTRE

"Siento horror y asombro por el poder que tiene este río y no paro de pensar en la gente cuyos medios de vida se le escapan delante de nuestros ojos", ha manifestado el alcalde Campbell Newman.

Newman calcula que la ciudad necesitará dos años para recuperarse de los daños sufridos, cuyas estimaciones ascienden a miles de millones de dólares. Miles de ciudadanos están evacuados y pasarán la noche en viviendas de amigos o familiares o en los centros de emergencia, y la Policía ha cerrado el acceso a zonas del área metropolitana para evitar a los curiosos y que regresara algún residente incauto.

"Esto no es una atracción turística, es un desastre natural muy grave. Quedaros en vuestras casas y no viajéis a menos que sea absolutamente necesario", ha señalado la jefa del Gobierno de Queensland, Anna Bligh.

ALERTA EN TODOS LOS ESTADOS, MENOS EN CAMBERRA

Las mismas escenas de caos vividas en Brisbane se han vivido en Ipswich, al oeste de la capital provincial, donde unas 4.000 viviendas han quedado afectadas por el agua del río Bremer, cuyo caudal se aproximó a los 22 metros de altura. En la región del valle del río Lockyer, los equipos de rescate hallaron dos cadáveres y ha subido a 12 la cifra de muertos desde el lunes, y a 23 desde noviembre, y continúa la búsqueda de decenas de desaparecidos.

La jefa del gobierno de Queensland ha advertido de que lo más probable es que en las próximas horas se encuentren más fallecidos por las inundaciones. Tres cuartas partes del territorio de Queensland están declaradas zonas catastróficas. Las riadas han penetrado en el norte del vecino Nueva Gales del Sur y en estos momentos todos los estados se encuentran bajo alerta, menos el territorio de la capital, Camberra.

PÉRDIDAS SUPERIORES A LAS PROVOCADAS POR EL 'KATRINA'

Respecto al balance de daños en un área del tamaño de Alemania y Francia juntas, varios expertos han señalado que el coste de las inundaciones para Australia será mayor que el que generó el huracán Katrina en Estados Unidos en 2005.

El banco ANZ predijo que la economía australiana entrará en recesión el primer trimestre de 2011 por los daños causados por esta catástrofe al sector agrícola, minero y al turismo en plena época de vacaciones por el verano austral.

Se estima que la industria de extracción de carbón perderá hasta 13.000 millones de dólares. Esta semana el precio de la materia prima en los mercados internacionales se disparó por las riadas en el primer productor mundial.