El presidente de EEUU Donald Trump firmó ayer finalmente el proyecto presupestario para lo que queda del ejercicio fiscal del 2018. Trump había amenazado con vetarlo, en un tuit incendiario hecho horas antes, porque consideraba que no incluía la partida necesaria para construir el muro con México prometido en su campaña electoral. Finalmente, Trump cedió, aunque a regañadientes, evitando el cierre de la administración estadounidense.

«Nunca volveré a votar un proyecto legislativo así», aseguró ante la prensa, recalcando que cedía por motivos de seguridad, para que el Ejército no se quede sin el aumento de fondos. «Estoy descontento», insistió, y calificó de «ridícula» la negociación de esta semana. Trump subrayó que le ha sido «imposible» leer las más de 2.000 páginas de la ley, pero concedió que el presupuesto contiene el mayor incremento de inversión para las fuerzas armadas de los últimos años, y reiteró que proteger a EEUU es «su mayor responsabilidad».

Las cuentas, de 13.000 millones de dólares, contemplan una dotación mínima para el muro. Tampoco abordan el futuro de los llamados dreamers (en español, soñadores), los jóvenes migrantes que entraron en el país de forma ilegal siendo niños y a los que el presidente quitó una protección temporal que les libraba de la deportación. Por otro lado, China respondió la madrugada pasada al proteccionismo de Trump con el anuncio de posibles aranceles por valor de 3.000 millones de dólares a la importación de productos de EEUU, una medida que aviva el miedo a una guerra comercial que Pekín quiere evitar. «China no quiere una guerra comercial, pero no le tenemos miedo en absoluto», subrayó la portavoz del gobierno chino Hua Chunying.