Dos ataques suicidas acabaron ayer con la vida de al menos 20 personas e hirieron a otras 40, la mayoría miembros de las fuerzas de seguridad. El ataque más sangriento se produjo frente a una comisaría del centro de Bagdad. Entretanto, el embajador de Irak ante la ONU, Samir Sumaidaie, acusó a los marines estadounidenses de matar a "sangre fría" a uno de sus primos en una operación militar al oeste del país.

El primer ataque suicida mató a 17 personas, cinco civiles y once jóvenes que habían acudido a un centro de reclutamiento de Mansur para alistarse en el cuerpo especial de la policía iraquí. Las autoridades informaron también ayer del asesinato de dos coroneles de la policía, uno en Mosul, al norte del país, y el otro en Musayib, a 20 kilómetros al sur de Bagdad. En esta última localidad se registró ayer el segundo atentado, con coche bomba, que acabó con la vida de dos personas e hirió a otras 10.

Algunas fuentes dijeron ayer que la explosión se produjo junto a un control policial. Otras aseguraron que el vehículo estalló después de que pasase un convoy funerario con los restos del clérigo shií Kamaledin al Ghuraifi, de 70 años, abatido a tiros el viernes en Bagdad.