La policía iraquí volvió a estar ayer en el punto de mira de la resistencia en otra jornada sangrienta. Dos atentados suicidas con coche bomba, casi simultáneos, contra comisarías de policía en dos localidades al norte de Bagdad, causaron 18 muertos, la mayoría agentes policiales, y alrededor de 40 heridos. También ayer, por primera vez, un avión civil fue alcanzado por un misil disparado por los insurgentes.

El primer coche bomba estalló poco antes de las ocho de la mañana en la comisaría de policía de Jan Bani Saad, una pequeña localidad situada a unos 45 kilómetros al norte de Bagdad. El automóvil se precipitó contra la barrera del edificio y el kamikaze hizo estallar el vehículo en el momento en que los policías empezaron a disparar contra él. La explosión costó la vida a seis policías y tres civiles, además del suicida.

Unos 10 minutos después, otro coche bomba hizo explosión en una comisaría de la ciudad de Baquba, a unos 20 kilómetros más al norte. En este ataque murieron siete policías y dos civiles, además del kamikaze que, según algunos testigos, vestía un uniforme policial. "Llevaba un uniforme como el mío", afirmó Nazar Hamzan, un agente que sobrevivió al ataque.

ESCENAS DANTESCAS En las dos poblaciones hubo escenas dantescas. Los cuerpos despedazados quedaron dispersos por la calle, mientras los heridos eran trasladados al hospital de Baquba. "He intentado salvar a una niña de cuatro años, que tenía las piernas arrancadas, pero no lo he logrado", se lamentaba el doctor Sharif Saleh en el centro.

La guerrilla considera a la policía un cuerpo colaboracionista con las fuerzas ocupantes. El pasado 27 de octubre, simultáneamente al atentado contra la Cruz Roja en Bagdad, cuatro comisarías de policía fueron atacadas con coches bomba.

En una nueva acción de la resistencia, un avión de carga de la compañía alemana de correo rápido DHL se vio obligado a efectuar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Bagdad al ser alcanzado por un misil SAM-7 de fabricación rusa. El aparato, un Airbus A300, acababa de despegar de dicho aeropuerto y había emprendido el vuelo a Bahrain. Testigos presenciales observaron que salía humo de uno de los motores y al avión le faltaba un trozo de ala. Los tres miembros de la tripulación resultaron ilesos.

La resistencia había derribado varios helicópteros militares de EEUU, pero jamás había alcanzado a un avión, a pesar de algunos intentos anteriores.

Por otra parte, el líder shií Abdul Aziz al Hakim, miembro del Consejo de Gobierno interino iraquí, fue objeto el viernes de un atentado fallido, según reveló ayer su hijo, Mohsen al Hakim. Este dijo en Teherán que unos desconocidos lanzaron un cohete contra la mezquita de Bagdad donde estaba su padre, pero el artefacto no llegó a estallar.