El este de Alemania vuelve a concentrar toda la atención nacional. Y es que, si las encuestas no fallan, el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) logrará hoy un nuevo hito político al obtener sus mejores resultados en las elecciones regionales que se celebran en los estados de Brandeburgo y Sajonia e incluso aspira a la que sería su primera victoria electoral.

La cuerda está especialmente tensada en Brandeburgo. Es en este land que rodea la ciudad estado de Berlín donde el populismo ultranacionalista puede coronarse como primera fuerza. Con un 21% de los votos pronosticados, AfD empataría en el podio con un Partido Socialdemócrata (SPD) en caída libre que podría ver cómo otro de sus feudos se le escapa de las manos.

Tan solo seis años después de su nacimiento, AfD tiene ante sí una oportunidad histórica que también se reproduciría en Sajonia. Ahí el partido apunta a un 25% de los votos -sus mejores registros en todo el país-, un resultado que le convertiría en segunda fuerza por detrás de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel.

Mejore o no sus pronósticos AfD llega a estos comicios con el éxito bajo el brazo. Numérico, pero especialmente en su capacidad de influenciar el discurso de los otros partidos y endurecer el tono contra la inmigración. Sin embargo esa victoria no se traducirá en cargos. Tanto en Brandeburgo como en Sajonia todos los otros partidos mantienen un cordón sanitario de bloqueo a los ultras que les aleja del gobierno. Al menos de momento.

Esquivar a la extrema derecha será particularmente complicado en dos parlamentos regionales donde crecerá la fragmentación y la inestabilidad institucional. Así, en Brandeburgo el SPD deberá intentar formar un tripartito con conservadores y verdes o con verdes e izquierda. En Sajonia los equilibrios serán aún más complicados y se deberá recurrir a tripartitos o incluso gobiernos con cuatro formaciones, una opción nunca vista en el país.