La muerte de la periodista rusa Anna Politkóvskaya, tiroteada en el ascensor de su casa en Moscú en el 2006, conmocionó al mundo. Había ganado muchos premios por su trabajo sobre Chechenia y sobre Vladimir Putin, de quien era feroz opositora. La también rusa Natalia Estemirova era una dirigente del grupo de derechos humanos Memorial, e investigaba los abusos en Chechenia. El pasado 15 de julio fue secuestrada en su casa en Grozni y asesinada.