Un nuevo diputado laborista dimitió este viernes tras criticar el giro hacia la izquierda de su partido y el antisemitismo enquistado en el seno de la formación. Se trata de Ian Austin, de 53 años, euroescéptico, que votó a favor del plan de May que el Parlamento tumbó el pasado 29 de enero y se opone a un segundo referéndum. Austin es el noveno parlamentario laborista que dimite esta semana. En su caso no se integrará en el nuevo grupo independiente constituido por los diputados huidos. Dijo sentirse “avergonzado” de las políticas de Corbyn y habló de un partido “roto”.

“Estoy horrorizado por la ofensa y la angustia que Jeremy Corbyn y el Partido Laborista han causado a los judíos”, denunció Austin. Y añadió: “Creo que Corbyn ha cambiado por completo lo que era un partido mayoritario y lo ha convertido en un partido completamente distinto con unos valores diferentes”. El segundo del partido, Tom Watson, declaró que su renuncia "culmina una semana de agitación en la política británica”. En apenas cinco días, 9 diputados laboristas y tres conservadores han abandonado sus respectivos partidos. Las dos grandes formaciones políticas tradicionales están completamente partidas por la mitad por culpa del 'brexit'.

FRACTURA MÁS PROFUNDA

En el caso de los laboristas, la fractura es más profunda porque se añaden otros asuntos como las políticas de izquierda o el antisemitismo. Los 9 fugados laboristas son centristas y blairistas. La fuga de Austin se produce después de que un grupo de diputados laboristas amenazaran a Corbyn un éxodo masivo si no daba su respaldo a un segundo referéndum. Le piden a Corbyn que dé apoyo a una enmienda que propondría una nueva consulta y que podría ser votada el próximo miércoles. Corbyn ha sido criticado por su ambigüedad respecto al 'brexit'. Propone negociar una unión aduanera y mantener estrechos vínculos con el mercado único, pero no es partidario de celebrar una nueva consulta, pese a que esta es la opinión mayoritaria dentro del partido.

El grupo independiente constituido esta semana ya cuenta con 9 diputados laboristas y tres conservadores proeuropeos. De momento, no tienen previsto constituirse como nuevo partido político, pese al espacio que ha quedado libre en el centro político del país tras el viraje hacia la izquierda de los laboristas y a la derecha de los tories. El sistema político británico favorece el bipartidismo y penaliza a partidos emergentes como el UKIP, que en las generales del 2015 sacó 13 de los votos y solo un diputado. El próximo lunes elegirán portavoz.

FRENAR LA INTRUSIÓN

En el caso de los conservadores, Theresa May está intentando frenar la intrusión de miembros de derecha dentro de su partido para evitar la salida de más diputados. Ya han abandonado el partido tres diputados y otros han amenazado con seguir sus pasos. Están molestos por el cariz 'brexiteer' y populista que está adoptando el partido, lo que ellos llaman “blukip”, en referencia a la entrada de seguidores del UKIP al partido para influir en un 'brexit' duro.

También un grupo de unos 100 diputados tories moderados, incluidos algunos ministros, tanto europeístas como euroescépticos, han amenazado con rebelarse contra May si no descarta la salida sin acuerdo. Quieren votar a favor de la enmienda transversal de Yvette Cooper que dice que si, a mediados de marzo, May no tiene un acuerdo aprobado por el Parlamento, este tomará el control de los siguientes pasos. La otra vez no fue aprobado por 23 votos. Este miércoles podría ser aprobado con el apoyo de este grupo conservador, constituido en contraposición al poder que tiene dentro del partido el grupo de los radicales 'brexiteers'.