Terminadas las reuniones de los países más ricos (G-8) y observada menos que más la tregua pedida por el jefe del Estado para estos días pasados, el diario La Repubblica retomó ayer las revelaciones sobre las andanzas sexuales del primer ministro, Silvio Berlusconi. Esta vez el diario aporta que Berlusconi sabía que sus compañeras de noche eran prostitutas de lujo y que en la vivienda del político se producían verdaderas orgías sexuales.

La fuente de las informaciones son dos de las jóvenes pagadas para acudir a la casa de Berlusconi y eventualmente mantener relaciones sexuales con él. La primera y ya conocida, Patrizia D´Addario, relata que en la primera ocasión en que fue invitada no pasó allí la noche. "Las orgías no me han gustado nunca y había intuido que, de quedarme, me habría encontrado en esta desagradable situación después de la cena", ha explicado, cifrando en "al menos cinco" las prostitutas de lujo que aquella noche del 15 de octubre pasado se encontraban en el lugar. "Dos de ellas eran muy vistosas, son lesbianas, eran las únicas que vestían pantalones y trabajan siempre juntas", añade. Por eso se encerró en el lavabo, donde sacó algunas fotos, hasta que los demás volvieron de la cama al comedor. Al no quedarse, D´Addario recibió 1.000 euros, en lugar de los 2.000 pactados. El contacto había sido Gianpiero Tarantini, el político-industrial de Bari, en el sur.

Este relato ha sido confirmado ahora por María Teresa De Nicolò, de 37 años, también prostituta, que ha confirmado haber mantenido una relación sexual con el político. Fue convocada a Roma por el mismo Tarantini, trasladada a un hotel de la capital y de allí a Palazzo Grazioli, en cuyo segundo piso vive Berlusconi cuando está en Roma.

"Había otras chicas", dice De Nicolò a La Repubblica, puntualizando que alguna de ellas viajó al día siguiente con el jefe del Gobierno a un centro de salud y bienestar del norte de Italia, supuestamente para curarse problemas de cervicales y tortícolis, según explicó entonces uno de sus portavoces. Berlusconi habría cancelado su presencia en Nueva York en la Campaña del Milenio, puesta en pie por la FAO contra el hambre.

LLAMADAS URGENTES Según el diario de Roma, Tarantini pasaba sus tragos cuando Berlusconi le llamaba para obtener chicas, porque las peticiones a veces eran para ser satisfechas de manera inmediata, de manera que tenía que encontrar mujeres con urgencia. La Repubblica especifica que Berlusconi habría llamado a su proveedor "hasta diez veces en un día", llamadas interceptadas por la fiscalía de Bari, que tenía pinchados los teléfonos del industrial Tarantini, al que investigaba por presuntos apaños de contratas públicas sobre material sanitario.

Tarantini está ahora siendo investigado también por inducción a la prostitución. Según La Repubblica, "Berlusconi ha engañado una vez más al país, porque su conducta privada está en contradicción con los valores que proclama en público".