Empieza a apretar el calor y, a medida que sube el termómetro, el drama de la inmigración clandestina vuelve al mar. Junio ha dejado ya cifras e imágenes no por habituales menos estremecedoras. El Gobierno egipcio dio cuenta ayer de la desaparición en un naufragio, el pasado 7 de junio, de 140 sin papeles egipcios que embarcaron en Libia en dirección al sur de Italia. Solo 40 cadáveres han sido hasta el momento recuperados.

Los 26 inmigrantes avistados ayer agarrados a una red de acero de pesca de atún en aguas jurisdiccionales de Malta después de que su barca se partiera en dos tuvieron más suerte y fueron rescatados con vida.

Son dos supervivientes del naufragio frente a las costas de Libia del pasado 7 de junio, uno bangladesí y otro egipcio, los que han explicado la envergadura del desastre.

1.300 EUROS Según el testimonio del egipcio Wael Nagui Mutagali, un barco partió del puerto libio de Zouwaira, cercano a Túnez, con 150 inmigrantes clandestinos a bordo, en su mayoría de nacionalidad egipcia. Casi medio centenar eran originarios de la localidad de Zagazig, en el delta del río Nilo.

Mutagali es el que ha informado a las autoridades de que pagó el equivalente a 1.300 euros a un hombre egipcio residente en Libia por la travesía hasta un punto situado en el sur de Italia, con toda probabilidad la localidad de Lampedusa, destino habitual de los barcos con personas indocumentadas. El mismo testigo aseguró que los inmigrantes que viajaban en el barco y no eran egipcios procedían de Marruecos, Argelia y Bangladés.

PESQUERO ITALIANO Un pesquero italiano fue el que avistó ayer a 26 inmigrantes agarrados a las redes de acero mientras otros seis no pudieron salvar la vida. El barco en el que viajaban se partió, precisamente, al chocar contra la red a unas 75 millas al sur de Malta. Es este país el que se disponía a acoger ayer a los rescatados.

Este último fin de semana, casi medio millar de inmigrantes, entre ellos un centenar de mujeres, muchas embarazadas, han llegado a la localidad italiana de Lampedusa.