Los países de la Unión Europea (UE) siguen "bastante divididos" respecto a la estrategia a seguir para lograr que Cuba avance hacia la democracia, pese a haber decidido levantar las sanciones del 2003 e iniciar un proceso de diálogo político.

El gesto de los países europeos "quiere ser un mensaje de aliento a la población cubana" tras los cambios introducidos por Raúl Castro, según dijo ayer Dmitrij Rupel, el ministro de Exteriores de Eslovenia, país que ostenta la presidencia de turno. Pero eso no impide que algunos miembros, como Alemania, República Checa, Dinamarca, Suecia y Holanda tengan "muchas dudas" sobre las consecuencias, aseguró Rupel.

El paso adelante dado por los Veintisiete, propuesto y defendido por España, abre un horizonte amplio para Cuba si el régimen cumple ciertas exigencias. Esas peticiones incluyen la liberación de los presos políticos, el acceso a las cárceles de los organismos internacionales, la ratificación e implementación de los pactos de derechos humanos de la ONU, la garantía de las libertades de expresión e información y la facilitación del acceso a internet.

Por el momento, el régimen cubano no ha reaccionado de manera oficial y esperará, según dijo ayer el ministerio de Exteriores, Felipe Pérez Roque, a que la UE divulgue oficialmente el documento, que será aprobado el lunes.