Colombia tuvo su séptimo día de protestas que atravesaron el territorio con sus movilizaciones, cortes de carreteras y caceroleadas. La huelga general convocada por los sindicatos y estudiantes en reclamo de un país más justo enervó al presidente, Iván Duque. "Estamos viviendo momentos de mucha exigencia en la sociedad, pero que quede claro: aquí no van a pretender los pirómanos ganar con la violencia lo que no ganaron en las urnas", dijo al participar de un Congreso Nacional de Ganaderos que le ofreció un enfático respaldo.

Hubo marchas en Cali, Medellín, Barranquilla, Cartagena, y otros centros urbanos. Esta vez se reportaron incidentes menores. La plaza Bolívar fue otra vez el epicentro de la convocatoria en Bogotá. Los manifestantes llegaron con banderas y camisetas de la selección de fútbol. Hubo música y baile. En ningún momento dejaron de corear el nombre de Dilan Cruz, quien falleció el lunes a los 18 años como consecuencia de una acción policial. Su deceso fue uno de los motivos de desencuentro entre las fuerzas que convocaron a poblar las calles y el Gobierno de derechas.

El abismo que se abrió entre Duque y las organizaciones sindicales y sociales es mucho más profundo ahora. El mandatario ha recibido un pliego de exigencias que incluye la retirada de los proyectos de ley de reforma tributaria, de pensiones y laboral. También se le pide que depure la policía, se abstenga de privatizar empresas estatales y cumpla los acuerdos de paz firmados entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. Por último le demandan que derogue un impuesto para financiar Electricaribe y defina políticas ambientales más allá de la retórica. "Ahora lo que toca es que nos respondan", señaló uno de los dirigentes que ha participado de la hasta ahora fallida conversación con Duque. "Ellos decidieron retirarse", respondió el presidente.

El jefe de Estado le habló al país cuando los efectos de la huelga comenzaban a sentirse. "La protesta pacífica es legítima cuando se ejerce respetando los derechos de los demás y cuando se ejerce rechazando, de manera clara, la violencia", insistió. Duque aseguró sentir "dolor" por las heridas que recibieron unos 340 uniformados desde que estalló el conflicto social. Un policía se encuentra en estado crítico.

CRÍTICAS DE LA PRENSA

"Duque no ha hecho más que dar palos de ciego. Desde el día del paro, sus reacciones han sido erráticas y tardías, y no ha logrado tomar medidas concretas para conjurar la crisis", señaló Vladdo, columnista del diario 'El Tiempo'. "Señor presidente, el país está en llamas; hay que reconocerlo. La ciudadanía reclama con más vehemencia su derecho a vivir dignamente. Lamentablemente, usted ha preferido oír más a sus consejeros que al clamor ciudadano. Y eso ha sido su más grave error", le señaló el político Pablo Felipe Robledo desde 'El Espectador'.

Gustavo Petro, el exalcalde bogotano y rival electoral de Duque en el 2018, reclamó al presidente que "negocie de inmediato la agenda de reformas sociales" para desactivar el estallido. "Pirómanos son los que se niegan a negociar con el pueblo", dijo, tomando las propias palabras del mandatario. Petro alertó a su vez sobre las presiones que recibe Duque de los sectores más conservadores. "¿Será que terminaremos defendiéndolo del golpe de Estado de la extrema derecha uribista?".

El expresidente Álvaro Uribe negó que quiera "tumbar" a Duque. "Nosotros queremos fortalecerlo", dijo sobre su delfín. A la vez aseguró que Colombia es objetivo de una conjura local e internacional de la que no serían ajenos los venezolanos Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. "Esto no es espontáneo. Hay otros factores, un propósito mayor. Tantos sitios de violencia no se dan espontáneamente", sostuvo.