Por tercera noche consecutiva, la localidad francesa de Clichy-sous-Bois, cerca de París, vivió ayer escenas de guerrilla urbana con el enfrentamiento de bandas de jóvenes de los suburbios y las fuerzas del orden. La operación se saldó con una veintena de coches quemados y 15 jóvenes detenidos. Los arrestados protestaban con espectacular violencia por la muerte accidental de dos adolescentes que, creyéndose perseguidos, se escondieron en un local donde había un transformador eléctrico y murieron electrocutados.

Todo comenzó la noche del jueves en uno de los barrios más desfavorecidos de Clichy-sous-Bois, en el noreste de la capital. Varias decenas de jóvenes se echaron a la calle para quemar locales y vehículos al conocer la muerte de Banou y Ziad, dos chicos de 17 y 15 años, que se supone que huían de la policía.

INVESTIGACION INTERNA Las autoridades francesas desmintieron inmediatamente la versión de que se trataba de una persecución policial, pero las circunstancias del drama no se han determinado todavía totalmente. El ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, ha pedido una investigación de la inspección general de los servicios policiales. También informó de que los jóvenes habían huido ante la llegada de las fuerzas del orden, alertadas por los vecinos de que había un intento de robo.

La pasada madrugada las bandas ocuparon la calle y se enfrentaron duramente con los policías antidisturbios para vengar a sus compañeros, después de haber protagonizado acciones similares la misma noche del jueves y la del viernes. Además, el sábado, una manifestación silenciosa reunió a centenares de amigos, familiares y vecinos, que rindieron homenaje a los fallecidos y denunciaron que la policía tuvo una actitud ambigua. Los familiares de las víctimas anunciaron la intención de poner una denuncia "por no asistir a una persona en peligro".