El crecimiento chino recupera su icónico doble dígito, al que ha sido infiel rara vez en los últimos treinta años. Su PIB se expandió en el 2010 un 10,3%, superando el 9,2% del 2009. La cifra roza lo obsceno en un contexto global de crisis galopante, pero el optimismo lo rebaja un auge de la inflación también por encima de lo esperado.

El crecimiento es el mayor de los últimos tres años y llega después de que en el trimestre de octubre a diciembre se registrara un ascenso del 9,8%, dos décimas por encima del anterior, informó la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). El dato confirma a China en el segundo escalón económico mundial, con un PIB nominal que supera los 6,05 billones de dólares (4,5 billones de euros).

Un aspecto inesperado es que las rentas urbanas subieron menos que las rurales, rompiendo la tendencia del aumento de las desigualdades sociales. Las primeras lo hicieron al 11,5%, frente al 15% de las segundas. La distancia es aún abismal: 5.919 yuanes frente a 21.033 (666 euros frente a 2.368).

Buena parte del crecimiento corresponde de nuevo a las exportaciones, sobre las que sigue pivotando el patrón económico a pesar de la resuelta voluntad de Pekín de virarlo hacia el consumo interno. Las ventas al exterior crecieron en el 2010 un 31,3%, hasta lograr 1,58 billón de dólares, según la Administración General de Aduanas.

El dato reforzará las presiones para que Pekín avive la apreciación del su moneda, el yuan, que EEUU juzga devaluado para favorecer las exportaciones chinas. El asunto irrita a Washington, donde está el presidente chino, Hu Jintao.

Además de visitar a su homó- logo, Barack Obama, Hu tiene se reunirá con el sector del Congreso más encendido, que amenaza con una guerra comercial si China no se aviene a razones. Pekín juzga suficiente por ahora el 3,5% que se ha apreciado el yuan desde junio.

La cruz es la inflación. El acumulado subió el 3,3%, tres décimas más de lo planeado. La de diciembre fue del 4,6%, apenas cinco décimas menos que la de noviembre. El grueso de la inflación proviene de la cesta de la compra.