En un movimiento legal pero también inusitado y en un momento delicado, EEUU ha accedido a una petición realizada la semana pasada por Israel y acelerar la entrega de un lote de bombas de precisión. La decisión del Gobierno estadounidense fue revelada ayer por The New York Times y promete alimentar en el mundo árabe la impresión de que Washington está ayudando a la campaña de bombardeos en el Líbano.

La venta del armamento que Israel ha pedido con urgencia se cerró el año pasado. La operación multimillonaria incluía la compra de al menos un centenar de GBU-28, bombas de más de 2.200 kilos guiadas por láser para destruir búnkeres, y munición orientada por satélite.

La Administración del presidente George Bush es consciente de las tensiones que puede generar esta entrega y parece estar dando pasos para aplacarlas. Así, el jueves se anunció una venta de equipamiento militar a Arabia Saudí que supera los 3.722 millones de euros.

VISITA DE RICE La imagen de EEUU puede mermar la relevancia de la visita a la zona que inicia hoy la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Esta planteará el despliegue de una fuerza multinacional de entre 10.000 y 20.000 soldados, en la que no habrá tropas estadounidenses.