Estados Unidos ha alertado a las compañías aéreas internacionales sobre posibles planes terroristas que incluirían el implante de explosivos dentro del cuerpo humano para atacar aviones comerciales, según han informado funcionarios estadounidenses. "Estamos tomando esta información en serio, y como una medida de precaución, estamos compartiéndola con nuestros colegas en el extranjero, y, por supuesto, las aerolíneas estadounidenses con vuelos internacionales", ha explicado Jon Pistole, director de la Oficina de Seguridad de Transporte (TSA), que ha subrayado que los implantes explosivos son "la última evolución de lo que los grupos terroristas están tratando de hacer para eludir" las medidas de seguridad. Pistole ha desmentido que haya algún plan concreto o amenaza específica, pero ha reconocido que los pasajeros que tomen vuelos internacionales pueden notar procedimientos adicionales de seguridad, además de las habituales inspecciones físicas o los rastreos digitales. Las nuevas medidas están diseñadas para que sean "imprevisibles" de manera que "los pasajeros no esperen ver la misma actividad en todos los aeropuertos internacionales", ha apuntado Nick Kimball, portavoz de la TSA. Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, no ha dado más detalles sobre la posibilidad de atentados con implantes explosivos en el cuerpo pero sí ha afirmado que es "bastante evidente" que los terroristas "están interesados en encontrar modos" de atacar a Estados Unidos. "Nuestros protocolos de seguridad son múltiples y los ajustamos a las amenazas todo el tiempo", se limitó a decir Carney el miércoles en su rueda de prensa diaria. Sin embargo, un funcionario estadounidense citado por la CNN afirmó que Ibrahim Hasan al-Asiri, considerado el principal experto en explosivos de Al Qaeda en la Península Arábiga, podría estar detrás de estas supuestas amenazas. Las autoridades de EEUU creen que al-Asiri es el responsable de la bomba que llevaba en su ropa interior un pasajero en Navidad del 2009 en el aeropuerto de Detroit y del fallido intento de colocar explosivos en un avión de carga en octubre pasado. Los servicios de inteligencia de EEUU apuntan a que los posibles planes terroristas se estarían gestando en Yemen, país que está viviendo una revolución popular que ha descabezado al Gobierno y ha permitido que Al Qaeda actúe con mayor libertad en el país.