La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, anunció ayer desde Jerusalén que su Gobierno revisará la ayuda financiera concedida a Pakistán como respuesta a la imposición del estado de excepción, el sábado, por el presidente Pervez Musharraf. "Vamos a tener que revisar la situación respecto a la ayuda", reconoció Rice.

Pero lo cierto es que cualquier revisión de la ayuda financiera estadounidense, cuando se trata de un aliado en la lucha contra el terrorismo como Pakistán, reviste una gran complejidad. Desde el 2001, el país asiático ha recibido 10.000 millones de dólares en concepto de ayuda económica y militar. Este año, la suma total que recibirá se elevará a los 700 millones de dólares, cifra que, según los cálculos, debía ascender en el 2008 a 800 millones de dólares. Miles de millones de dólares adicionales son remitidos desde EEUU en concepto de ayuda antiterrorista.

Desde el Pentágono, los portavoces de Defensa subrayaron que la ayuda contra el terrorismo no se verá afectada. "En estos momentos, la declaración del estado de excepción no afecta nuestro apoyo contra al terrorismo", dijo Geoff Morrell, secretario de prensa del Pentágono.

Ayer se repitieron las declaraciones de condena por el estado de excepción y las muestras de preocupación ante la evolución de los acontecimientos, como las de Australia o Alemania.